Nuestra voz es el primer instrumento que conocimos.
Desde el nacimiento hemos ido aprendiendo a usar nuestra voz para comunicarnos, expresar emociones, contar historias y cantar.

Cantar en coro es una de las formas más puras y poderosas de experimentar la música, porque nos conecta directamente con nosotros
mismos y con los demás a través de algo que todos poseemos: nuestra voz.

Es parte de nuestro cuerpo, de nuestra identidad. Y aunque todas las
voces son distintas, cuando se unen en un coro, sucede algo mágico: la diversidad se transforma en música. Nos enseña a escucharnos a nosotros mismos y a los demás. Es un acto de cooperación, respeto y presencia.